Comprender la profundidad de la vida social del caballo no solo mejora su calidad de vida, sino que también mejora nuestra relación con estas magníficas criaturas.

Los caballos tienen un increíble instinto
de manada, necesitan tener ojos y oídos
adicionales en la naturaleza para sobrevivir.
En libertad, un caballo se siente seguro dentro de un grupo y teme el aislamiento, la manada le da la compañía, la seguridad y el comportamiento social tan necesario para ayudar a reducir los conflictos y mejorar la estabilidad del grupo.

Estaremos todos de acuerdo que existe una diferencia entre los caballos en libertad y los caballos en condiciones de cautiverio.
Muchos comportamientos anormales observados en los caballos domésticos se deben a que algún aspecto de la vida social del caballo. no se puede llevar a cabo con normalidad en cautiverio.
Un caballo socialmente satisfecho esta más saludable, más feliz y más receptivo en sus interacciones con los humanos y otros animales.
Las manadas de caballos salvajes están formadas por varias manadas pequeñas e

independientes formadas
principalmente por un solo semental, sus yeguas y potros, y caballos jóvenes de uno o dos años. Los machos adicionales viven solos o con otros machos en grupos de solteros.
Viven todos en el mismo territorio, sin defenderlo, sino compartiendo recursos y produciendose encuentros entre los diferentes grupos. Durante estas interacciones, los sementales del grupo intentan mantener la integridad de su manada y evitar la pérdida de yeguas a manos de otros sementales. Ademas del semental estan las yeguas líderes, que sin olvidar que el dominio o liderazgo no es un rol de por vida, tienen la función de mantener la manada segura y en movimiento. Con la yegua líder al frente de la manada y el semental empujando desde atrás, guían a la comunidad hacia el alimento y el agua.

Como animales sociales, los caballos interactúan entre sí participando en el acicalamiento y el juego mutuos. Duermen la siesta y pastan cerca unos de otros, lo que crea fuertes vínculos con otros caballos de la manada. La comunicación y la interacción regulares ayudan a reforzar los vínculos a lo largo del tiempo.
Al reencontrarse después de una larga separación, los caballos pueden parecer inicialmente ignorantes entre sí. Sin embargo, a menudo restablecen rápidamente sus relaciones anteriores y, a veces, vuelven a ser compañeros cercanos en menos de 24 horas. Esta capacidad de reconectarse resalta la profundidad y la durabilidad de las amistades entre caballos.
Tambien pueden formar nuevas amistades cuando las circunstancias cambian, lo que demuestra su flexibilidad social.
La estabilidad de la manada es vital en términos de supervivencia, por ejemplo, un

caballo vigila mientras los demás descansan.
Los caballos suelen formar parejas que pueden durar toda la vida y pasar más tiempo cerca de sus amigos, lo que les proporciona una sensación de seguridad y compañerismo.
Este vínculo les proporcionará protección mutua (uno puede vigilar mientras el otro duerme), cuidado corporal (ponerse de pie, cabeza a cola, para espantar las moscas) y amistades sólidas a través del juego y el acicalamiento mutuo. Esta es una de las principales formas en que los caballos entablan amistades, a través del acicalamiento mutuo, en el que se colocan uno al lado del otro y se acicalan con los dientes. Este comportamiento no solo ayuda a mantener la higiene, sino que también fortalece los vínculos sociales al brindar comodidad y reducir el estrés.
El juego también es común en manadas, especialmente en caballos jóvenes, y ayuda

a desarrollar sus habilidades sociales, su sistema musculoesquelético y su lugar dentro del grupo. Participar en comportamientos lúdicos como correr, corcovear y mordisquearse unos a otros es crucial para el desarrollo social y ayuda a los caballos a establecer y mantener amistades.

Los caballos viven una vida
sincronizada con el resto de la manada. Si los caballos observan una amenaza, su primer movimiento es apresurarse juntos antes de huir como un grupo. Es una forma de defender al grupo confundiendo a un depredador, para que no sepa por dónde atacar. Las reglas de la manada son mantenerse juntos, no chocar y sincronizarse con los que le rodean.
Los caballos sincronizan la velocidad y las direcciones, y la posición lateral de sus ojos les ayuda a evitar chocar. La sincronización también es útil para los momentos más tranquilos y pacíficos; Las manadas se mantienen juntas, comen juntas, descansan juntas, van al agua a beber juntas.
Las yeguas pasan tiempo enseñando a otros jóvenes a respetar su espacio personal. A través de las observaciones de la yegua y los otros caballos del grupo, los potros aprenden a observar las señales sociales de los caballos, asi aprenden de los caballos mayores del grupo y los vínculos que se forman desempeñan un papel esencial en la estructura social de la manada.
La evidencia sugiere que las características sociales fundamentales de los caballos

domésticos han permanecido relativamente inalteradas respecto a sus ancestros salvajes.
Aunque el caballo ha estado domesticado durante más de 5000 años, los caballos domésticos que vuelven a la naturaleza (caballos salvajes o ferales) o los caballos criados en condiciones de libertad adoptarán la misma organización social que sus primos, los caballos de Przewalski, que actualmente se encuentran en reservas, como en las 3.000 Ha. de la Reserva Nacional de Boumort (en el Pirineo de Lleida) donde vive una manada en libertad supervisada.

Los caballos libres en un entorno natural tienen una vida social desde el día en que nacen hasta el final de su vida. El manejo moderno de los caballos puede alterar estos vínculos.
Durante su vida, los caballos pueden cambiar de dueño y alojamiento o viajar para competir y, por lo general, se los mantiene en establos y se los ejercita individualmente. Los caballos aislados a menudo muestran niveles elevados de estrés, que pueden manifestarse en diversos problemas físicos y de comportamiento, desarrollando estereotipias u otros comportamientos anormales que puede afectar la capacidad de un caballo para aprender y adaptarse a nuevas situaciones. El aislamiento puede incluso provocar cambios fisiológicos como alteraciones en la frecuencia cardíaca, la respiración e incluso la percepción del dolor.

Ser consciente de las necesidades de comportamiento del caballo y aprender a reconocer cuándo se está estresando, ansioso o temeroso es fundamental para apoyar su bienestar mental. Es importante minimizar los efectos de la ansiedad por separación y explorar formas de seguir satisfaciendo sus necesidades sociales.
Por lo tanto, como propietarios de caballos, debemos crear un entorno donde los caballos puedan seguir siendo parte de una manada y aprender a ser más adaptables socialmente. Esto conducira al caballo a una mejor adaptabilidad y relación con las personas.
Muchas instalaciones no están equipadas para satisfacer estas necesidades sociales, pero podemos tomar medidas para promover su bienestar mental.
Por ejemplo, los estudios han demostrado que, en estado salvaje, un caballo normalmente tendrá uno o dos amigos cercanos dentro de un grupo. Estar separados y alojados individualmente no es natural para el caballo, pero puede ser menos estresante para ellos cuando sus amigos están cerca.

La amistad es extremadamente importante para el bienestar psicológico del caballo, por lo que hacer amigos juntos puede ser extremadamente beneficioso. También es importante que los potros jueguen con otros de una edad similar para un desarrollo adecuado y para prevenir la falta de confianza en sí mismos y de habilidades sociales más adelante en la vida.
Resumiendo, los caballos exhiben varios rasgos sociales que reflejan su naturaleza altamente social:
Vida en manada: Su tendencia natural a vivir en grupos proporciona seguridad y permite compartir responsabilidades.
Jerarquía y dominio: Establecer un orden social dentro del grupo ayuda a mantener la estabilidad.
Conductas afiliativas: el acicalamiento mutuo y otras actividades de vinculación fortalecen las conexiones sociales.
Tolerancia social y ambivalencia: los caballos muestran una variedad de comportamientos sociales, desde afiliativos (conducta amistosa) hasta agonísticos (conducta agresiva), que contribuyen a la creación de redes sociales complejas.
Habilidades comunicativas y cognitivas: Los caballos han desarrollado métodos sofisticados de comunicación y cognición social para navegar en sus entornos sociales.

Para respetar la vida social del caballo es necesario que los cuidadores de caballos aprendamos de los caballos salvajes y consideremos la estabilidad y la composición de nuestro grupo en el manejo de los caballos domésticos: La composición del grupo, que es similar al sistema social natural con ambos sexos (subadultos y potros) y la membresía estable de los caballos adultos, es probable que proporcione el mejor entorno social para todos los caballos debido a los bajos niveles de agresión. Los cambios frecuentes aumentan las interacciones agresivas entre caballos y la falta de estabilidad del grupo es un riesgo de posibles lesiones.

Las prácticas de manejo adecuadas deben apuntar a satisfacer estas necesidades sociales. Esto incluye
permitir que los caballos interactúen con otros, brindar oportunidades de juego y acicalamiento mutuo y minimizar los períodos de aislamiento. Cuando los caballos se mantienen en entornos que restringen sus interacciones sociales, es fundamental mitigar estos efectos brindándoles formas alternativas de enriquecimiento y compañía.
Por ejemplo, permitiendo que pasen tiempo en los pastos con otros caballos compatibles, lo que permite interacciones sociales naturales. Si no es posible la participación total, asegúrarse de que los caballos puedan ver e interactuar con otros a través de barreras seguras, o incluso introducir compañeros que no sean equinos, como cabras, que pueden brindar cierto nivel de apoyo social.
Como cuidadores de caballos hay que evitar siempre la competencia por recursos como alimentos o agua, los espacios reducidos para maniobrar que imposibilitan a los caballos las estrategias de evasión y los grupos sociales en constante cambio.
Debemos tener claro que lo ideal es mantener un grupo social de sexos mixtos consistente, con libre acceso a alimento y agua, y abundante espacio para poder mostrar conductas de evitación promoviendo relaciones estables y reduciendo el estrés.
Al respetar y fomentar la vida social del caballo, creamos un entorno en el que los caballos pueden prosperar, fomentando una conexión más profunda entre los humanos y los caballos basada en la comprensión y el respeto mutuos.

Comments